lunes, 28 de diciembre de 2009

Hay personas que escriben un ¡blog!
Hay personas que copian lo que otros escriben en un ¡blog!

Hay personas que entran y leen un ¡blog!
Hay personas que se ocultan y leen un ¡blog!

Hay personas que entran con su nick y comentan en un ¡blog!
Hay personas que entran como anónimo y comentan en un ¡blog!

Hay personas que usan herramientas para conocer las entradas de su ¡blog!
Hay personas que conocen que herramientas se usan para entrar en su ¡blog!

Hay Robots que entran en un ¡blog!
Y luego están las personas que se disfrazan de robots para leer un ¡blog!

A todas esas personas que... sea de la forma que sea, leen en este ¡blog!:

¡Blooooogggggg!

¡¡Feliz 2010!!

sábado, 26 de diciembre de 2009

Pasaban las tres en el reloj y seguía allí sentado, intentando poner en palabras, cada idea y cada pensamiento. Pero cada vez era más difícil porque ya estaba todo intentado y todo borrado.

Apago la luz y se quedó a oscuras, miró hacia la calle por la ventana que tenía detrás de él. Estaba nevando. Con cada copo que caía, se alejaba más de las palabras que tan ansiosamente buscaba y se sumía en el mas absoluto silencio. Lentamente fuera se hizo todo blanco.

Un coche pasó por la calle, dejando tras de sí una marcada rodadura. Dos líneas paralelas, perfectas e impecables, que iban profanando el suelo, rompiendo la armonía y rasgando el perfecto manto blanco.

Sin ni siquiera guardar lo escrito, cerró de un golpe el portátil. Todo era ya oscuridad en el interior de la habitación. Y allí se quedó mirando como caía copo tras copo, mientras la rodadura del coche se fue borrando lentamente.

Se acercó a la chimenea y pendió fuego a los arrugados trozos de periódico que se amontonaban bajo la leña. Las sombras se volvieron más negras y sobre los cristales de la ventana, el reflejo de las llamas parecía bailar entre los montones de nieve que se acumulaban fuera.

Y es que, en el más absoluto silencio, el fuego y el hielo, conviven y compiten por su parte de cristal, como parte irreal de un mismo reflejo.

Sobre el escritorio la luz del móvil parpadeó. Tenía un mensaje. “De veras que lo siento... tu sabes que te quiero”.

Volvió al portátil, lo abrió y comenzó a escribir.

Sobre la nieve que había en su alma y sobre el fuego que consumía su vida. Escribió también sobre unas rodaduras asesinas, que con el tiempo se borran con nada nuevo copo caído. Y de como el amor y el engaño, conviven y compiten, como reflejo irreal, en un mismo momento.

Con el amanecer el fuego se fue apagando y la nieve fue barrida por la lluvia, dejándo totalmente empañado el cristal de la ventana.

Pero fué el mensaje el que murió, simplemente borrado.

En una extraña noche, donde irónicamente, las palabras fueron las que volvieron a ganar su eterna batalla, sobre el amor y el engaño... sobre el hielo y el fuego.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Pide un deseo
Hazle la carta a un rey
Pórtate bien
Y vendrá Papa Noel

Enciende la estrella
Que un niño nace en Belén
Vienen siguiendo a un cometa
Los de Oriente También.

¿Y si pido ahora un deseo?
¿Y si hago mi carta a un rey?
¿Y si me porto bien?
¿Vendrá para mi Papa Noel?

¿Y si ya no hago de Mago?
¿Y si no pongo el Belén?
¿Y si ya no me porto bien?
¿Volveré a ser niña otra vez?

Enciendo la estrella al niño
Sonrío a la Mula y al Buey
Me pongo los cuernos de reno
Y le pido mi regalo a un rey

¡Yo lo que quiero es volver a ser niña otra vez!