Hay regalos de San Valentín que merece la pena compartir...
... cuando además no es sólo uno, son dos...
Hay versiones de una canción, que son en sí mismas una gran historia de amor, y un precioso regalo:
"Con la esperanza de que su luz siga iluminandonos".
Lo dicho, hay regalos de San Valentín que merece la pena compartir... ¡Porque hay luces que nos iluminarán siempre!
domingo, 14 de febrero de 2010
viernes, 5 de febrero de 2010
Ni analógico ni digital, no cuestas nada y no fallas jamás.
Eres como las sonrisas, las caras de alivio y las sinceras gracias que me has proporcionado siempre que te he compartido.
Siempre nuevo, porque no duras mucho tiempo a mi lado. Te vas con todo el que te necesita. Pero siempre vuelves a mi. Listo para ser usado y sin pedir nada a cambio.
Con el paso del tiempo te has hecho grande, con mas dobleces y difícil a veces, igual que yo. Por ilógico que parezca ambos acabamos siempre en el bolsillo de otro. De otro que nos necesite más. Y aunque alguna vez hayamos acabado en la papelera, ambos seguimos creyéndonos útiles y volvemos a empezar.
Hemos sido amigos en el mundo digital, pero nuestras mejores sonrisas nos las hemos ganado en los oscuros túneles de la vida real. Donde todo lo paralelo llega a juntarse, a cruzarse y a alejarse con la misma velocidad que se encontró. Donde un nombre o una simple linea, marcan el camino a seguir, la diferencia entre perdernos o alcanzar juntos nuestra meta.
Y es allí, donde viaja cada día, la mayor cantidad de tecnología punta por metro cuadrado, donde miles de bits, pierden su batalla, otra vez.
Y tú, no siendo ni analógico ni digital, sigues brindándome la posibilidad de recibir sonrisas y gracias de todo tipo de gente que no conozco, y que seguramente no volveré a ver...
¿Perdona? ¿Para ir a Plaza de España vamos bien por aquí?... Si espera, te indico en mi planito del metro... Toma quédatelo... a la salida pido otro...
Una sonrisa y un gracias.
Tu, sí que no fallas jamás.
Eres como las sonrisas, las caras de alivio y las sinceras gracias que me has proporcionado siempre que te he compartido.
Siempre nuevo, porque no duras mucho tiempo a mi lado. Te vas con todo el que te necesita. Pero siempre vuelves a mi. Listo para ser usado y sin pedir nada a cambio.
Con el paso del tiempo te has hecho grande, con mas dobleces y difícil a veces, igual que yo. Por ilógico que parezca ambos acabamos siempre en el bolsillo de otro. De otro que nos necesite más. Y aunque alguna vez hayamos acabado en la papelera, ambos seguimos creyéndonos útiles y volvemos a empezar.
Hemos sido amigos en el mundo digital, pero nuestras mejores sonrisas nos las hemos ganado en los oscuros túneles de la vida real. Donde todo lo paralelo llega a juntarse, a cruzarse y a alejarse con la misma velocidad que se encontró. Donde un nombre o una simple linea, marcan el camino a seguir, la diferencia entre perdernos o alcanzar juntos nuestra meta.
Y es allí, donde viaja cada día, la mayor cantidad de tecnología punta por metro cuadrado, donde miles de bits, pierden su batalla, otra vez.
Y tú, no siendo ni analógico ni digital, sigues brindándome la posibilidad de recibir sonrisas y gracias de todo tipo de gente que no conozco, y que seguramente no volveré a ver...
¿Perdona? ¿Para ir a Plaza de España vamos bien por aquí?... Si espera, te indico en mi planito del metro... Toma quédatelo... a la salida pido otro...
Una sonrisa y un gracias.
Tu, sí que no fallas jamás.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)